sábado, 21 de marzo de 2015

No la juzgues

Abrazala, no la juzgues! su pasado ya pasó; no te corresponde. Ella besó, lloró y voló, sí, mucho antes de conocerte a ti; ella fue feliz en otros brazos y sufrió la falta de abrazos. Ella creció, tropezó y aprendió; ella se equivocó y también acertó, ella, simplemente vivió. Ella tuvo el corazón roto, y el coraje de darte los pedazos. No critiques sus pasos, mejor, ponte en sus zapatos; no tires la primera piedra, los puede lastimar. No reflejes tus defectos en su piel, no conviertas en veneno su miel. Ella no nació para ser tuya, ella es libre, como el amor. Suelta sus alas y acompañá su vuelo si queres llegar al cielo. Ella no es perfecta, ¿acaso tu lo eres? Ella trabaja en eso; no pierdas más el tiempo, ¡dale un beso! Ella no sabe si va a estar después, ella te está regalando lo más importante que tiene, su presente, su tiempo; no lo pises, no lo ensucies. Sacale la navaja a tu imaginación y prestá atención. Ella es tu amiga, la que te mima, la que te ama, te aconseja y te abriga. Ella, muchas veces piensa en ti y sonríe, ella te ve más grande, más fuerte y más sabio; ella te soñó. Dale tu alegría y llenala de vida. Todo lo que pasó los acercó, lo malo y lo bueno, el sol y el trueno. Es momento de sonreír, de largarse a vivir. Miraté en sus ojos, dejá el mañana, largá el ayer y entrá en el hoy. ¡Ya somos grandes para actuar como adultos! Invitala a jugar, en la plaza o en la cama, de la mano hasta volar

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